Me hice la costumbre de comer ensaladas y carnes por la noche. Con la intención de no comer carbohidratos después de las 6 de la tarde, para cuidar la linea. Muy efectivo.
Así que empezamos con un clásico plato de lechuga con limón y pollo a la plancha, o bistec a la plancha o atún de tarro. Después de 3 días, esa combinación es a la vista muy insípida. Sólo verde con alguna carne, aburre.
Ya sabía yo que las ensaladas podían ser algo más contundente y entretenido a la vista. Tengo una amiga sureña que comenzó con una propuesta muy sencilla, pero diferente en ese momento: un delivery de ensaladas gourmet en Puerto Varas a la hora del almuerzo de lunes a viernes. Con ella aprendí el concepto de revoltijo. Ella a una ensalada le ponía de todo, zanahoria, arroz, lentejas, lechuga, rúcula, repollo....de todo! El perfecto desorden de ensaladas. Yo crecí bajo la costumbre de que cada vegetal en su propio bowl, ensalada de repollo, ensalada de apío o de lechuga, como mucho el pebre era lo más tricolor que podía aparecer. Es fome hasta prepararlo, por eso sus ensaladas me abrían la curiosidad de saborear todo combinado.
Luego, en Santiago unos amigos comenzaron su propio emprendimiento, muy parecido al de mi amiga sureña pero esta vez al alcance geográfico. Así que, ya desde más cerca, pudimos incluso ser participes del proceso creativo del nombre, la carta y la propuesta visual del negocio. Ahí aprendí a incluir en las ensaladas los frutos secos. Cuánto cambia una lechuga con maní o con pasas. Ya después de todo eso ya fui capaz de experimentar hasta con frutas, piñas, manzanas, naranjas.
Cuando estaba en Concepción puse todo lo aprendido en práctica. Todos los días comíamos una ensalada diferente, y así, mezclando un poco de todo, las cosas ya no se echaban a perder. (Una problemática recurrente en mi hogar es el desperdicio de vegetales y frutas porque se pudrían esperando que las usaras)
Así que en resumen la idea central es que hay que abrir la mente y ocupar todo lo que hay el refrigerador. Pueden resultar algo muy rico mezclándolo todo, además se aprovecha mejor la verdura que compramos y comemos más variado.
Mix de hojas con pollo a la miel:
1 pechuga de pollo deshuesada
1/2 lechuga (la que más te guste)
Rucula a gusto
1 zanahoria rallada
Pimentón picado en cubitos
2 cucharadas de Miel
Romero
Mostaza en polvo
Aceite de oliva
Limón
Picar la pechuga en cubitos y saltearla con romero, agregar unas pizcas de mostaza, sal. Cuando el pollo está bien dorado, se apaga el fuego y luego se agrega la miel. Nunca poner la miel con el fuego prendido porque se pone amarga. Mezclar todo en un bowl y aliñar con limón, oliva y sal.
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